El texto forma parte del libro Cuando enseñamos y aprendimos en casa. La pandemia en las escuelas de Colima, coordinado por Juan Carlos Yáñez y Rogelio Javier Alonso (2020), publicado por Puertabierta Editores y el gobierno del estado de Colima. Se reproduce para el Faro Educativo del INIDE y el sitio del Morral de la Red de Mujeres Unidas por la Educación con el permiso del autor, los coordinadores del libro y los editores.
Balvanero Balderrama García
Introducción
Al inicio de este año el COVID-19 se veía lejano. Noticia de interés medio.
Pero en poco tiempo trastocó la vida en el orbe. En el mejor ejemplo de la
globalización, en cuestión de meses se expandió por el mundo.
La democratización de la educación ha sido cuestionada, por decir lo menos. Estudiantes, sin importar cuánto dinero trajeran, en qué y cómo llegaron a la escuela, tipo de vestimenta, origen, etcétera, compartían la misma aula, mesas y sillas, bibliotecas e internet de la institución educativa.
Hoy la precariedad de la mayoría de la población, en todos los ámbitos, pero específicamente en la educación, se manifiesta en toda su crudeza: viviendas reducidas, apenas con mínimos espacios o sin ellos, pobreza, desempleo. Es evidente que buena parte de quienes están en formación no tienen las condiciones mínimas en casa para continuar sus estudios.
La respuesta de las autoridades educativas a la estrategia global de #quedateencasa ante la pandemia fue clases en línea, educación a distancia, #aprendeencasa, utilizando la tecnología y echando mano de los recursos que se tuvieran para que el estudiantado continuara su formación desde los hogares.
La democratización de la educación ha sido cuestionada, por decir lo menos. Estudiantes, sin importar cuánto dinero trajeran, en qué y cómo llegaron a la escuela, tipo de vestimenta, origen, etcétera, compartían la misma aula, mesas y sillas, bibliotecas e internet de la institución educativa.
Hoy la precariedad de la mayoría de la población, en todos los ámbitos, pero específicamente en la educación, se manifiesta en toda su crudeza: viviendas reducidas, apenas con mínimos espacios o sin ellos, pobreza, desempleo. Es evidente que buena parte de quienes están en formación no tienen las condiciones mínimas en casa para continuar sus estudios.
La respuesta de las autoridades educativas a la estrategia global de #quedateencasa ante la pandemia fue clases en línea, educación a distancia, #aprendeencasa, utilizando la tecnología y echando mano de los recursos que se tuvieran para que el estudiantado continuara su formación desde los hogares.
1) Vasco de Quiroga, la escuela, el proyecto
La Escuela de Trabajo Social Vasco de Quiroga –el Vasco, Vasco de Quiroga, como se le conoce– es semilla y fruto de Margarita María de los Ángeles Septién Rul, nombrada con sencillez y cariño Margarita Septién. En su génesis está el interés de Margarita por trabajar en favor de las mujeres, particularmente del ámbito rural.
En 1963 inicia actividades el Instituto de Servicio Social Vasco de Quiroga, ofreciendo la carrera de Mejoradoras de la Comunidad Rural, con duración de dos años, en Nogueras, Comala. Para 1968 inicia la carrera técnica en Trabajo Social, la primera en el Estado de Colima, a cursarse en tres años. A partir de 1971 se incorporan varones. En 2011 inició el nivel licenciatura y en 2018 una maestría.
Pilar en el devenir de Vasco de Quiroga es la religiosa Misionera de la Eucaristía Ángela Escobosa Haas, la madre Angelita, desde agosto de 1978, quien recibió la estafeta de la fundadora y ha sabido ir formando a quienes han estado compartiendo la responsabilidad de conducir la escuela: personas críticas, analí- ticas y reflexivas para transformar vidas y conciencias.
En 1963 inicia actividades el Instituto de Servicio Social Vasco de Quiroga, ofreciendo la carrera de Mejoradoras de la Comunidad Rural, con duración de dos años, en Nogueras, Comala. Para 1968 inicia la carrera técnica en Trabajo Social, la primera en el Estado de Colima, a cursarse en tres años. A partir de 1971 se incorporan varones. En 2011 inició el nivel licenciatura y en 2018 una maestría.
Pilar en el devenir de Vasco de Quiroga es la religiosa Misionera de la Eucaristía Ángela Escobosa Haas, la madre Angelita, desde agosto de 1978, quien recibió la estafeta de la fundadora y ha sabido ir formando a quienes han estado compartiendo la responsabilidad de conducir la escuela: personas críticas, analí- ticas y reflexivas para transformar vidas y conciencias.
Cercanía y compromiso
El modelo Vasco de Quiroga está cimentado en la cercanía con las estudiantes, en una formación con sentido humano. Esta vinculación se logra en todas las materias, especialmente con la Supervisión de la Práctica, columna vertebral de la formación en la carrera. Los grupos se dividen en pequeños equipos, coordinados por la supervisora o el supervisor. De esta manera, es posible saber su avance, quién falta, por qué, cuáles son sus condiciones socioeconómicas y seguir la formación de cada uno desde su ingreso hasta el egreso.
2) Vasco de Quiroga y la pandemia
Vasco de Quiroga es una escuela pequeña, con amplio reconocimiento por la calidad en la formación de quienes egresan y por ser la primer escuela que ofreció la carrera en la entidad. Al ser del sector privado, no recibe subsidio de ningún tipo.
El personal directivo, integrado por la comunidad religiosa que lidera este proyecto, la dirección y las diferentes coordinaciones, tomaron desde el primer momento las decisiones para que las clases siguieran con los lineamientos de la Secretaría de Educación del Estado de Colima. Cada responsable de las coordinaciones académicas asumió la comunicación con el profesorado para que se hicieran las adecuaciones pertinentes a los programas para cada grupo y nivel.
Dentro de la estructura de Vasco de Quiroga están las concejales: estudiantes elegidas en cada grupo como vínculo con docentes, administrativos y directivos; siempre fueron importantes en la vida académica, pero en estos tiempos de pandemia han sido fundamentales para que los grupos sigan funcionando y trabajando; son apoyo para cada docente en la comunicación.
El personal directivo, integrado por la comunidad religiosa que lidera este proyecto, la dirección y las diferentes coordinaciones, tomaron desde el primer momento las decisiones para que las clases siguieran con los lineamientos de la Secretaría de Educación del Estado de Colima. Cada responsable de las coordinaciones académicas asumió la comunicación con el profesorado para que se hicieran las adecuaciones pertinentes a los programas para cada grupo y nivel.
Dentro de la estructura de Vasco de Quiroga están las concejales: estudiantes elegidas en cada grupo como vínculo con docentes, administrativos y directivos; siempre fueron importantes en la vida académica, pero en estos tiempos de pandemia han sido fundamentales para que los grupos sigan funcionando y trabajando; son apoyo para cada docente en la comunicación.
Más allá de los datos
Las estadísticas nos proporcionan una visión del fenómeno que revisamos. En este caso, al ser la estrategia el estudiar desde casa, es obvio que las tecnologías de información y comunicación (TIC) toman una importancia relevante.
El INEGI realiza anualmente la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH). De acuerdo con los datos disponibles, para los años 2018 y 2019 el porcentaje de hogares con acceso a internet apenas rebasa la mitad, con un incremento de poco menos de cuatro puntos porcentuales de un año a otro, al pasar de 52.9 a 56.4%. En lo que se refiere a tener computadora en el hogar, presenta un ligero decremento, que puede deberse al uso del celular para navegar en la red de redes (Gráfica 1).
El INEGI realiza anualmente la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH). De acuerdo con los datos disponibles, para los años 2018 y 2019 el porcentaje de hogares con acceso a internet apenas rebasa la mitad, con un incremento de poco menos de cuatro puntos porcentuales de un año a otro, al pasar de 52.9 a 56.4%. En lo que se refiere a tener computadora en el hogar, presenta un ligero decremento, que puede deberse al uso del celular para navegar en la red de redes (Gráfica 1).
Fuente. Elaboración propia con datos de INEGI. ENDUTIH 2018 y 2019
Tenemos la percepción de que en el ámbito rural el uso de las TIC está menos difundido; lo confirma la misma encuesta. Con los datos que proporciona la ENDUTIH 2019, la diferencia entre lo rural y lo urbano en cuanto a hogares que disponen de internet está casi tres a uno; en lo que se refiere a tener com- putadora, hay una diferencia de 2.5 veces mayor en lo urbano (Gráfica 2).
Fuente. Elaboración propia con datos de INEGI. ENDUTIH 2019
Los datos anteriores nos permiten tener una base para el análisis de las posibilidades que tienen los estudiantes para recibir, investigar, realizar y enviar las actividades solicitadas. Esto pone en evidencia que, de manera general, en 4.4 hogares de cada 10 no disponen de conexión a internet y 5.5 de ellos no tienen computadora.
Por otro lado, el celular se posiciona como la herramienta tecnológica con mayor difusión y uso. La ENDUTIH nos dice que en el 2018 el 92.2% de los hogares contaban con telefonía, subiendo al 92.5% para 2019; el dato que se ofrece incluye telefonía alámbrica y/o celular.
Sabemos de las posibilidades del celular, pero también de sus limitaciones como procesador de textos, guardar archivos, editar, etcétera, lo que requiere responder a las actividades académicas. Es muy funcional para la conexión a videoconferencias o utilizar las redes sociales para interactuar en los grupos académicos que se multiplicaron en estos meses.
Sabemos de las posibilidades del celular, pero también de sus limitaciones como procesador de textos, guardar archivos, editar, etcétera, lo que requiere responder a las actividades académicas. Es muy funcional para la conexión a videoconferencias o utilizar las redes sociales para interactuar en los grupos académicos que se multiplicaron en estos meses.
Cifras de Vasco de Quiroga
Para ilustrar cómo está respondiendo la población estudiantil del Vasco de Quiroga, a través de sus concejales se obtuvo información de cinco de los seis grupos que cursan la licenciatura en Trabajo Social. No participó el 100% de quienes están inscritos en los grupos. Utilizando WhatsApp se contactó a cada concejal para pedirle que fungiera como enlace con sus compañeras requiriendo la siguiente información: nombre completo, localidad de residencia y en qué hacen sus tareas y actividades escolares (celular, computadora, ciber); las respues- tas obtenidas nos indicaron otra variable: computadora prestada. Utilizar esta red social permitió solicitar y obtener esta información en un lapso de tres días.
La manera en que llegó la información fue diferente; cuatro de los cinco concejales reenviaron cada respuesta y con ello se alimentó la base de datos; una de ellas hizo, por iniciativa propia, un archivo en Excel, facilitando el registro.
El universo analizado lo constituyen 111 estudiantes. El 85% reside en alguna localidad de Colima y el restante 15% son de Jalisco. Sabemos que trabajo social es una profesión que eligen y ejercen principalmente mujeres: 91% lo son y 9% varones.
La manera en que llegó la información fue diferente; cuatro de los cinco concejales reenviaron cada respuesta y con ello se alimentó la base de datos; una de ellas hizo, por iniciativa propia, un archivo en Excel, facilitando el registro.
El universo analizado lo constituyen 111 estudiantes. El 85% reside en alguna localidad de Colima y el restante 15% son de Jalisco. Sabemos que trabajo social es una profesión que eligen y ejercen principalmente mujeres: 91% lo son y 9% varones.
Fuente. Elaboración propia con datos obtenidos de las estudiantes.
Podemos observar cómo el celular va tomando protagonismo en las cuestiones académicas, más allá del que ya tiene para redes sociales. Seguramente jóvenes que hacían uso de computadoras e internet en sus respectivas escuelas ahora deben pagar para tener datos y cumplir con los requerimientos de sus docentes.
Testimonios Estudiantes
En diálogo con la docente Jahel Cisneros Olivera sobre su participación, sugirió la idea de incluir algunos testimonios de estudiantes del nivel bachillerato/carrera técnica. Ella procuró uno de los testimonios, la trabajadora social del plantel obtuvo uno más, los cuales se enviaron por correo; y tuve la oportunidad de comunicarme con una estudiante mediante WhatsApp para pedirle su opinión. La pregunta fue: ¿cómo estás viviendo esta experiencia de trabajar desde casa tus clases?
Compartieron su vivencia tres alumnas; al ser menores de edad, se les identifica como estudiante 1, estudiante 2 y estudiante 3.
Compartieron su vivencia tres alumnas; al ser menores de edad, se les identifica como estudiante 1, estudiante 2 y estudiante 3.
a) Estudiante 1
Soy de una comunidad pequeña ubicada en el municipio de Chinicuila, Michoacán. Este periodo de aislamiento comenzó el 16 de marzo de manera muy drástica en México, desde mi punto de vista.
Las primeras semanas fue el reto de buscar una manera de comunicarnos con los profesores y con nuestros compañeros para así llevar a cabo las clases y nos estuviesen informando las tareas. En donde vivo hay internet sólo en ciertas zonas, en mi casa no tengo internet por lo que tengo que ir a la casa de mi abuela para estar al corriente de las tareas que envían, casi todas las tardes voy a casa de mi abuela de las 3:00 p.m. a las 7:00 p.m. Creo que en el aspecto de la comunicación no me fue tan mal como a otras compañeras que no tienen celular, WhatsApp, Facebook u otros medios para poderse comunicar y estar al pendiente de los trabajos escolares.
Finalmente considero que, en nuestro país, los profesores y los alumnos no estábamos preparados para este aislamiento que implica llevar las clases en casa y ser un poco más autodidactas. No todos aprendemos de la misma manera, algunos son visuales, auditivos y otros aprenden por medio de la práctica por lo que el proceso de aprendizaje no presencial puede complicarse.
Las primeras semanas fue el reto de buscar una manera de comunicarnos con los profesores y con nuestros compañeros para así llevar a cabo las clases y nos estuviesen informando las tareas. En donde vivo hay internet sólo en ciertas zonas, en mi casa no tengo internet por lo que tengo que ir a la casa de mi abuela para estar al corriente de las tareas que envían, casi todas las tardes voy a casa de mi abuela de las 3:00 p.m. a las 7:00 p.m. Creo que en el aspecto de la comunicación no me fue tan mal como a otras compañeras que no tienen celular, WhatsApp, Facebook u otros medios para poderse comunicar y estar al pendiente de los trabajos escolares.
Finalmente considero que, en nuestro país, los profesores y los alumnos no estábamos preparados para este aislamiento que implica llevar las clases en casa y ser un poco más autodidactas. No todos aprendemos de la misma manera, algunos son visuales, auditivos y otros aprenden por medio de la práctica por lo que el proceso de aprendizaje no presencial puede complicarse.
B) Estudiante 2
Vivo en una localidad del municipio de Chinicuila, Michoacán. Mi experiencia con la escuela en “línea” no ha sido del todo sencilla, ya que ahora los y las estudiantes somos encargadas de administrar al total nuestras horas de trabajo y nuestra forma de organización, al principio me fue complicado tener disciplina por iniciativa propia y se me dificultaba priorizar. Una vez que tomé ritmo y constancia fue mucho más sencillo e incluso tenía el tiempo para reflexionar al doble sobre mis trabajos. Estoy
satisfecha con mis clases online, ya que por parte de mis profesoras y profesores han brindado el espacio para reflexionar y plasmar la situación actual de nuestra sociedad.
c) Estudiante 3
Son tiempos de confinamiento. En lo personal de manera inicial tuve dificultad. Uno de los factores que me generaban conflicto fue la canalización de trabajos escolares en distintas plataformas digitales, lo que generaba una confusión en cuanto a la fecha de entrega de las mismas y el orden de las materias.
Comprendí que esta situación por la que se atraviesa de manera internacional tiene un propósito, en cuanto a lo académico. Lo importante de ello es aprender a trabajar de esta forma siendo totalmente honesto y responsable con las actividades otor- gadas teniendo como único fin la obtención de aprendizaje que puede ser útil en otras situaciones que se llegasen a presentar.
Por último, considero que debemos de dejar de quejarnos sobre lo que acontece…, es tiempo de mejorar y trascender como humanidad.
Comprendí que esta situación por la que se atraviesa de manera internacional tiene un propósito, en cuanto a lo académico. Lo importante de ello es aprender a trabajar de esta forma siendo totalmente honesto y responsable con las actividades otor- gadas teniendo como único fin la obtención de aprendizaje que puede ser útil en otras situaciones que se llegasen a presentar.
Por último, considero que debemos de dejar de quejarnos sobre lo que acontece…, es tiempo de mejorar y trascender como humanidad.
Docentes
Se determinó incluir dos profesores del nivel bachillerato/técnica y dos de licenciatura. Una vez decidido a quiénes se les pediría el apoyo, mediante llamada telefónica se les solicitó su reflexión en torno a lo siguiente: compartir su experiencia docente en el Vasco de Quiroga en esta modalidad de trabajo desde casa en el contexto de la pandemia. La disposición a participar fue absoluta.
a) Jahel Cisneros Olivera, docente bachillerato/técnica.
Debo confesar que cuando inició la pandemia hasta tuve un poco de ilusión sobre la famosa “escuela en casa”; el confinamiento, una vez más, me demostró que en México todavía hay y habrá desigualdad, no tenemos las mismas oportunidades. Los y las estudiantes no tienen los recursos materiales para implementar una educación fuera de las aulas. Me di cuenta, que no estábamos preparados los docentes y tampoco los estudiantes para videoconferencias, plataformas educativas y todo lo “tecnológico”.
Tengo alumnas, en su mayoría, de comunidades rurales. Algunas de ellas, sin acceso a internet, tienen que trasladarse para poder tener red y ponerse al tanto de tareas, proyectos, actividades. Me he dado cuenta, también, que las y los estudiantes son aguerridos, que tienen deseos de superarse; pues, a pesar de todas las dificultades, no dejan de cumplir aun cuando todo esté en su contra.
Hoy se volvieron autónomos a la fuerza, están llevando su proceso de aprendizaje mayoritariamente solos y solas. A nosotras, las docentes, nos toca exigir más capacitación, el COVID-19 nos tomó por sorpresa, nos está enseñando lo mucho que nos falta por aprender y sobre todo por innovar.
Tengo alumnas, en su mayoría, de comunidades rurales. Algunas de ellas, sin acceso a internet, tienen que trasladarse para poder tener red y ponerse al tanto de tareas, proyectos, actividades. Me he dado cuenta, también, que las y los estudiantes son aguerridos, que tienen deseos de superarse; pues, a pesar de todas las dificultades, no dejan de cumplir aun cuando todo esté en su contra.
Hoy se volvieron autónomos a la fuerza, están llevando su proceso de aprendizaje mayoritariamente solos y solas. A nosotras, las docentes, nos toca exigir más capacitación, el COVID-19 nos tomó por sorpresa, nos está enseñando lo mucho que nos falta por aprender y sobre todo por innovar.
b) Leopoldo Josué Espinoza Monroy, docente bachillerato/técnica
Ser parte de la familia Vasco de Quiroga ha sido un proceso lleno de grandes experiencias, aprendizajes y trabajo en equipo. La situación sanitaria que vivimos ante COVID-19 ha venido a cambiarlo todo. La distancia social viene a destruir más el ya violentado tejido social. ¿Cómo deben reaccionar ante esto las ciencias sociales y humanistas? El dialogar con el otro, el oír al otro sin duda tomará otro significado. La medicina avanza entre la avaricia y desesperación ante una posible cura mientras se implementan nuevas formas de convivencia con la distancia como denominador. En estos tiempos inciertos es necesario retomar nuestro lado humano. No ser indiferente ante la realidad que vivimos. Acatar las normas de higiene pero no olvidar nuestra capacidad de diálogo hacia el otro. Si nos dejamos llevar por la indiferencia será complicado establecer nuevos lazos sociales.
La tecnología es una herramienta útil para estar cerca. Sin embargo ninguna aplicación o software podrá igualar el acto humano de socializar. Pueden crearse nuevas plataformas, estrategias y realidades virtuales. Pero la necesidad que desde tiempos prehistóricos tiene el ser humano de socializar y convivir no puede desaparecer.
La tecnología es una herramienta útil para estar cerca. Sin embargo ninguna aplicación o software podrá igualar el acto humano de socializar. Pueden crearse nuevas plataformas, estrategias y realidades virtuales. Pero la necesidad que desde tiempos prehistóricos tiene el ser humano de socializar y convivir no puede desaparecer.
c) María de los Ángeles Lucas Máximo, docente licenciatura
Como personal docente de la Escuela de Trabajo Social Vasco de Quiroga y a partir del COVID 19 en el país, nos hemos visto en la necesidad de modificar la forma de trabajar. Ahora se cumple el trabajo desde acciones extraordinarias, creando nuevos hábitos de comunicación e interacción, buscando las estrategias necesarias y adaptándolas al contexto económico y social en el que vive el alumno o alumna.
Usar la tecnología ha sido un desafío adoptado con creatividad y compromiso, para unos cuantos es factible y para otros es una limitante; hay quienes cuentan con celular inteligente, computadora y facilidades para acceso a internet. Sin embargo, también es una realidad tener estudiantes que residen en una comunidad rural, teniendo un celular de capacidad mínima para unas cuantas aplicaciones, siendo su única herramienta de trabajo y/o comunicación; aunado a lo anterior, tener que ir a un ciber no es opción, porque es trasladarse a la cabecera municipal, además de que no están en servicio.
La clase en estos tiempos de pandemia es única; recibir la clase en el patio, en la cocina, en el comedor, donde los ruidos son inevitables y no predecibles; desde oír los gallos cantar, el perro ladrar, el timbre una y otra vez, la licuadora en uso, el vendedor que se escucha gritar los productos, hasta una falla del sistema o señal que interrumpe la emocionante clase. Lo vivido en esta modalidad de clases desde las casas, para docentes y estudiantes, implica adaptación, entrega y responsabilidad.
Usar la tecnología ha sido un desafío adoptado con creatividad y compromiso, para unos cuantos es factible y para otros es una limitante; hay quienes cuentan con celular inteligente, computadora y facilidades para acceso a internet. Sin embargo, también es una realidad tener estudiantes que residen en una comunidad rural, teniendo un celular de capacidad mínima para unas cuantas aplicaciones, siendo su única herramienta de trabajo y/o comunicación; aunado a lo anterior, tener que ir a un ciber no es opción, porque es trasladarse a la cabecera municipal, además de que no están en servicio.
La clase en estos tiempos de pandemia es única; recibir la clase en el patio, en la cocina, en el comedor, donde los ruidos son inevitables y no predecibles; desde oír los gallos cantar, el perro ladrar, el timbre una y otra vez, la licuadora en uso, el vendedor que se escucha gritar los productos, hasta una falla del sistema o señal que interrumpe la emocionante clase. Lo vivido en esta modalidad de clases desde las casas, para docentes y estudiantes, implica adaptación, entrega y responsabilidad.
d) Pedro Zamora Briseño, docente licenciatura
La diversidad de la procedencia de la población estudiantil — tanto de zonas rurales como urbanas, de edades jóvenes y maduras, así como de distintos campos laborales— constituye un elemento muy valioso del perfil de quienes acuden a esta escuela a formarse profesionalmente en el área del Trabajo Social.
En lo personal, la contingencia derivada de la pandemia del COVID-19 trajo consigo el reto de incursionar en algunas plataformas tecnológicas para implementar la educación a distancia en los últimos meses, con algunas dificultades derivadas del hecho de que no todo el alumnado cuenta con posibilidades técnicas de conectarse a las clases en vivo, situación que ha obligado a actuar con flexibilidad en esos casos.
Por otra parte, para el cumplimiento de los programas en algunos casos ha sido necesario modificar las actividades de campo de la materia, debido a la necesidad de respetar las medidas de aislamiento social, por lo que las tareas que antes implicaban tener contacto directo con habitantes de colonias o comunidades, ahora, mientras pasa la pandemia, han sido adaptadas para ser cumplidas sin recurrir a la interacción con otras personas.
En lo personal, la contingencia derivada de la pandemia del COVID-19 trajo consigo el reto de incursionar en algunas plataformas tecnológicas para implementar la educación a distancia en los últimos meses, con algunas dificultades derivadas del hecho de que no todo el alumnado cuenta con posibilidades técnicas de conectarse a las clases en vivo, situación que ha obligado a actuar con flexibilidad en esos casos.
Por otra parte, para el cumplimiento de los programas en algunos casos ha sido necesario modificar las actividades de campo de la materia, debido a la necesidad de respetar las medidas de aislamiento social, por lo que las tareas que antes implicaban tener contacto directo con habitantes de colonias o comunidades, ahora, mientras pasa la pandemia, han sido adaptadas para ser cumplidas sin recurrir a la interacción con otras personas.
Conclusión
Los alcances y consecuencias de lo que vivimos no lo podemos prever aún. De lo que se puede estar seguro es que el retorno a las aulas será diferente. Existe la ilusión, motivada también por algunas difusiones en redes sociales, de que regresaremos a la normalidad tal y como la conocíamos, a pesar de que se menciona la “nueva normalidad” y se hace énfasis en ello.
La Escuela de Trabajo Social Vasco de Quiroga, con una formación humana y con trabajo cercano en sus aulas, pero también en las prácticas que se desarrollan extramuros en todos los semestres y cuatrimestres, tendrá que reinventarse.
Innovación y creatividad serán fundamentales para rediseñar procesos, programas de estudio e incorporar la tecnología sin perder la calidez del contacto personal. Quienes están al frente de la escuela son personas comprometidas y con un amor a toda prueba por el Vasco de Quiroga y, seguramente, encontrarán las maneras para seguir formando estudiantes que transformen vida y conciencia e impacten positivamente en el progreso social.
La Escuela de Trabajo Social Vasco de Quiroga, con una formación humana y con trabajo cercano en sus aulas, pero también en las prácticas que se desarrollan extramuros en todos los semestres y cuatrimestres, tendrá que reinventarse.
Innovación y creatividad serán fundamentales para rediseñar procesos, programas de estudio e incorporar la tecnología sin perder la calidez del contacto personal. Quienes están al frente de la escuela son personas comprometidas y con un amor a toda prueba por el Vasco de Quiroga y, seguramente, encontrarán las maneras para seguir formando estudiantes que transformen vida y conciencia e impacten positivamente en el progreso social.
Fuentes
Cisneros García, R. (2018). Ángela Leonor, Celina, Angelita. Colima: Escuela de Trabajo Social Vasco de Quiroga.
Palomar Romo, A. (2017). Margarita Septién Con los pies en la tierra (Segunda ed.). Colima: Escuela de Trabajo Social Vasco de Quiroga.
INEGI (2018, 2019). Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares.
Palomar Romo, A. (2017). Margarita Septién Con los pies en la tierra (Segunda ed.). Colima: Escuela de Trabajo Social Vasco de Quiroga.
INEGI (2018, 2019). Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares.