Blog del Faro

Espacio abierto para la reflexión, testimonios y propuestas de docentes, investigadores, asesores técnico-pedagógicos, directores, supervisores, madres, padres y estudiantes.

Reconociendo nuestra cultura, construyendo nuestra identidad

En este documento la Mtra. Wilma Manrique Coral, docente de una escuela preescolar de Quintana Roo, nos presenta un proyecto para promover el reconocimiento de la cultura regional y los elementos que la integran, a fin de que las y los alumnos de tercer grado construyan su propia identidad y valoren sus orígenes. Se trata de una buena práctica en la categoría “selección y reorganización de contenidos curriculares”, como parte del ejercicio de sistematización de buenas prácticas de docentes en pandemia, encabezado por Grupo Loga, el Faro Educativo de la IBERO, Proeducación, Pauta y Renaced, y cobijado también por la Red de Mujeres Unidas por la Educación.

Comienza la conversación

Wilma Manrique Coral
Maestra del Jardín de niños “Guerra de Castas”
Quintana Roo

Ubiquemos la buena práctica

Categoría: Selección y reorganización de contenidos curriculares
Nivel y modalidad educativa: Preescolar general
Grado escolar: Tercer grado
Turno: Matutino

Fines perseguidos

El objetivo general fue promover el reconocimiento de la cultura regional y los elementos que la integran por medio de diversas situaciones didácticas, a fin de que las y los alumnos construyan su propia identidad y valoren sus orígenes. Como objetivos específicos se plantearon: i) Que las y los alumnos conozcan y aprendan palabras y expresiones que se utilizan en lengua maya dentro de su contexto familiar y no se avergüencen de su lengua materna; ii) Que las y los alumnos sean capaces de investigar para poder describir personajes y lugares que imaginan, al escuchar leyendas y relatos de tradición oral de su familia; y, iii) Que las y los alumnos reconozcan que la música regional y su vestimenta son un elemento de las costumbres y tradiciones de su entorno que deben valorar, practicar y preservar.

Puntos clave de la práctica

Esta experiencia puede considerarse una buena práctica porque incrementó el contacto entre los alumnos y la docente, promovió el trabajo colaborativo con diversas personas del contexto familiar con quienes las y los alumnos compartieron sus ideas, intercambiaron sus experiencias y, en conjunto, construyeron nuevos aprendizajes que fueron demostrados con las evidencias solicitadas. Estas evidencias fueron diversificadas y se solicitaron en materiales que estuvieran disponibles en el hogar.

Aunado a ello, se tomaron en cuenta la mayoría de los principios pedagógicos establecidos en el Nuevo Modelo Educativo pues, durante el desarrollo de las situaciones didácticas, el estudiante y su aprendizaje fueron el eje central del proceso educativo. Asimismo, se identificaron los conocimientos previos del alumnado y de los integrantes de las familias, atendiendo y respetando las diversidades de cada una de ellas. Adicionalmente, en el diseño de las actividades se consideraron los intereses de las y los alumnos, así como la utilización de materiales atractivos que, en conjunto, favorecieron una mayor participación de los estudiantes y promovieron su curiosidad por investigar a través de diferentes medios de información. 

Las actividades que se lograron con más éxito y participación de los estudiantes y de sus familias, fueron la lectura de leyendas, la revisión de las características y significado de la vestimenta tradicional, así como la ejecución de bailes de la región mediante la actividad “La jarana”. Abordar el conocimiento y uso de la lengua maya y la danza de la región favoreció la contextualización de la enseñanza, porque son temas relacionados con la vida cotidiana, que, en muchos casos, no se socializan por parte de la familia porque no lo consideran importante. 

Del mismo modo, estas actividades promovieron el aprendizaje informal mediante la consulta de diversas fuentes de información como la investigación oral, escrita, bibliográfica y digital. Ello contribuyó, además, a que las y los alumnos gestionaran sus tiempos de manera autónoma para el desarrollo y entrega de productos. Cabe destacar que, durante este proceso, fue fundamental el acompañamiento a distancia del docente, así como el involucramiento y apoyo familiar, ya que este último enriqueció los contenidos y contribuyó al logro de los objetivos.

Principales cambios observados

Los principales cambios consistieron en la consolidación de los aprendizajes esperados que se establecieron desde el inicio del proyecto, gracias a que se observó un mayor interés, involucramiento, dedicación y compromiso de las y los alumnos, así como de los integrantes de las familias. Ello se vio reflejado en un incremento de las evidencias audiovisuales entregadas, en las cuales se observó la integración, participación, creatividad, ingenio y organización de los miembros de cada familia (abuelos, tíos, primos y hermanos). En este sentido, cabe destacar que las actividades promovieron momentos significativos de esparcimiento y convivencia familiar en el contexto tan complejo que ha significado el confinamiento por la pandemia de Covid-19.

Entre colegas: recomendaciones para hacer uso de la estrategia o de sus componentes

  • Realizar la planeación y secuencia de actividades de manera que sea comprensible para las madres y padres de familia e involucrarlos durante todo el proceso.
  • Incluir en las planeaciones la consulta a las y los adultos mayores de casa.
  • Descargar materiales audiovisuales que sean atractivos y pertinentes para los temas abordados y enviarlos a las madres y padres de familia, debido a que a veces no disponen de acceso a internet o de celulares que les permitan descargar ciertos formatos y archivos.
  • Investigar y solicitar la información que se proporcionará a los niños directamente de las fuentes, personas y organizaciones especializadas en el tema, por ejemplo, centros familiarizados con la promoción de la cultura maya como el centro comunitario U kúuchil k Ch´i´ibalo’on.
  • Revisar el contenido del material audiovisual existente en la red antes de utilizarlo, ya que podría contener datos falsos, distorsionados o situaciones que incomoden las creencias de las familias. 
  • Aprovechar las habilidades, fortalezas y conocimientos de otros docentes para que contribuyan al proyecto desde su área de experiencia, por ejemplo: dominio de la lengua maya, habilidad para el baile regional, conocimientos sobre plantas y remedios caseros, habilidad para la cocina, uso de las tecnologías de la información. 
  • Colaborar con los asesores técnicos pedagógicos, la dirección y la supervisión para revisar y retroalimentar el proyecto.