Blog del Faro

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Me divierto y aprendo en la escuela y con la familia

En este documento, la Mtra. Margarita Montero Salgado, docente de una escuela secundaria de educación especial en Puebla, nos presenta una combinación de actividades vivenciales y lúdicas para que sus estudiantes con discapacidad construyan aprendizajes significativos, pese las limitaciones físicas impuestas por la pandemia. Se trata de una buena práctica en la categoría “relación y nuevos vínculos con las madres y padres de familia”, como parte del ejercicio de sistematización de buenas prácticas de docentes en pandemia, encabezado por Grupo Loga, el Faro Educativo de la IBERO, Proeducación, Pauta y Renaced, y cobijado también por la Red de Mujeres Unidas por la Educación.

Comienza la conversación

Margarita Montero Salgado
Maestra de una escuela secundaria de educación especial
Puebla

Ubiquemos la buena práctica

Categoría: Relación y nuevos vínculos con las madres y padres de familia
Nivel y modalidad educativa: Secundaria, educación especial
Grado escolar: Tercer grado
Turno: Matutino

Fines perseguidos

El objetivo general fue lograr que las y los alumnos con discapacidad construyan aprendizajes significativos para la vida, a través de actividades vivenciales (utilizando y manipulando múltiples herramientas) y divertidas (con actividades lúdicas que siempre tienen una finalidad). Como objetivos específicos se plantearon: i) Diseñar y llevar a cabo actividades variadas considerando las diversas discapacidades de los alumnos; y, ii) Implementar estrategias que incentiven a los padres y madres de familia a involucrarse en las actividades escolares de sus hijos.

Puntos clave de la práctica

Fue fundamental diseñar y realizar las actividades de tal forma que las y los estudiantes construyeran los aprendizajes con base en sus propias experiencias y estimulando, tanto sus habilidades, como su imaginación.

Al inicio de la pandemia, lo primero que hice fue una capacitación para el uso de diferentes herramientas digitales, tanto para mí (una auto-capacitación), como para el estudiantado y sus familias; esto permitió el ingreso a todas las clases virtuales que se han llevado a cabo y la constancia en el cumplimiento de las actividades encomendadas. Cabe mencionar que, además de utilizar servicios de videoconferencias, hice uso de la herramienta Jamboard y de los formularios de Google para abordar los contenidos.

Otra de mis estrategias fue que realizáramos las actividades de forma conjunta durante la clase virtual. Para ello, en un cuadernillo de aprendizaje, se les daba a conocer a las familias el tema y las actividades que trabajaríamos, así como el material que se requeriría (siempre buscando que fuera reciclado o fácil de obtener, sin arriesgarse a salir de casa), y en la clase fuimos realizando todas las actividades planificadas. Resultó especialmente exitoso el acondicionamiento de “aulas temáticas”, que fueron lecciones organizadas enteramente alrededor de los contenidos que se trabajarían.

Además, utilicé marionetas para escenificar historias y cuentos; se elaboraron escenarios para la representación vivencial de sucesos; se realizaron experimentos; se construyeron carteles y maquetas para trabajar los temas; se fabricaron diversos materiales para rescatar las tradiciones culturales; entre otras actividades similares.

Principales cambios observados

En términos de autoestima, se ha observado una mayor confianza y seguridad entre las y los estudiantes; en cuanto a las habilidades comunicativas, las alumnas y alumnos han incrementado su fluidez, su entusiasmo y su participación.

Entre colegas: recomendaciones para hacer uso de la estrategia o de sus componentes

  • Brindar confianza a las y los alumnos, así como asesoría a los padres/madres y respuesta a todas las dudas o inquietudes que surjan.
  • Emplear la creatividad sin miedo a experimentar.
  • Recordar que estamos en un continuo proceso de aprendizaje, no sólo las y los alumnos, sino también sus docentes.