El seminario tuvo dos rondas de discusión a cargo de los participantes, quienes debatieron sobre las siguientes preguntas guía: i) ¿Cuáles son los principales retos que enfrenta nuestro sistema educativo en esta coyuntura post-covid?, y ii) ¿En dónde están las prioridades de política y el presupuesto educativo de la administración actual? ¿Se están atendiendo cuestiones prioritarias?
Sylvia Schmelkes dio comienzo a la primera ronda de discusión del seminario, y mencionó que la pandemia por covid-19 ha producido una verdadera tragedia educativa; empezando por la dificultad de acceder al propio Sistema Educativo, las desigualdades de los sectores más pobres del país -habitantes del medio rural, indígenas, jornaleros, niñas y niños trabajadores- y los problemas de acceso a la tecnología.

Schmelkes señaló que, desde el punto de vista educativo, una buena parte de las y los estudiantes de zonas rurales e indígenas perdieron aprendizajes que debieron haber adquirido en la escuela durante todo el tiempo de confinamiento. Schmelkes también habló de la pérdida de los aprendizajes fundacionales, es decir, aquellos que sirven para seguir aprendiendo, que requieren sistematicidad y guía y comentó que las y los estudiantes de familias con poca escolaridad o bien, aquellas familias en donde ambos padres trabajan y que no pudieron apoyar a las y los estudiantes durante el proceso de aprendizaje a distancia tuvieron un año perdido en cuanto a aprendizajes. Mencionó también que cuando las clases son a distancia se calcula que se aprende un 75% menos que cuando son presenciales.
Dijo que otras consecuencias derivadas del confinamiento fueron el abandono escolar y la crisis económica, además de afectaciones en lo socioemocional. Con respecto al abandono escolar, Sylvia Schmelkes comentó que más de un 20 por ciento de estudiantes abandonaron las escuelas por la necesidad de llevar ingresos a sus hogares, en tanto el trabajo es el enemigo principal de la escolaridad. Respecto a las y los estudiantes que tuvieron acceso a medios unidireccionales como la televisión, comentó, se sometieron a un supuesto de aprendizajes previos y de avances homogéneos, por esa razón, muchos estudiantes abandonaron las clases porque no todos tienen los mismos antecedentes de conocimiento o competencias.
Schmelkes concluyó su intervención en esta primera ronda con una reflexión sobre las cosas positivas del confinamiento, como por ejemplo el que las niñas y niños hayan adquirido aprendizajes no escolarizados y tenido una mayor convivencia con los miembros de su familia, los animales y la naturaleza. Además de que las familias y docentes se han valorado mutuamente.
Gabriela de la Cruz Flores, por su parte, inició su participación con la siguiente pregunta: ¿cuáles son los retos que enfrenta nuestro sistema educativo? Enseguida mencionó que los retos que enfrentan los sistemas educativos en América Latina y particularmente en México no son producto del covid-19, sino que están asociados con un proceso acumulado de grandes asimetrías y desigualdades sociales. Con la pandemia, dijo, los problemas y retos en materia educativa se han hecho evidentes.
Con el propósito de sistematizar la nebulosa de retos educativos, De la Cruz propuso pensar en la siguiente triada: “identificar retos de orden político, abonar políticas vinculadas con la formación docente inicial y continua, especialmente aquellas que promuevan el desarrollo de capacidades para colaborar e integrar redes de trabajo, así como ponderar de manera desmedida la formación docente en el dominio de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC’S) y alfabetización digital”.
La académica mencionó que es necesario recuperar y documentar lo vivido en este periodo de pandemia –sobre todo para quienes se dedican a la investigación educativa, y en sinergia con las y los docentes en los múltiples niveles educativos-. Comentó también que la política educativa enfrenta el reto de reconocer las problemáticas y sentar bases para el reenganche educativo, especialmente para aquellos que abandonaron sus estudios durante y posterior a la pandemia.
Ernesto Treviño Ronzón inició su participación mencionando que el Sistema Educativo es un ente complejo que se ha venido construyendo a lo largo de los años, por lo que, en este momento de coyuntura, uno de los retos más grandes sigue siendo asegurar el funcionamiento estable y sostenido de los centros educativos, desde la educación inicial hasta el posgrado. Lo anterior al recordar que la última reforma educativa, la aprobada en mayo de 2019, hace énfasis en que el principal fin de la educación en México es asegurar que todas las personas estén y permanezcan en el Sistema Educativo y que los aprendizajes sean de excelencia.
Treviño también comentó que un gran reto que viven tanto las y los investigadores educativos como las y los docentes es el de generar información confiable, sencilla y transparente para que todos los involucrados en los procesos educativos y de gestión puedan tomar decisiones pertinentes. También comentó que en materia de política un reto importante es impulsar el trabajo educativo en los distintos niveles, así como el recuperar las prácticas de autoaprendizaje y sensibilización de las familias hacia la tarea educativa. Treviño concluyó su primera ronda comentando que le preocupa mucho la irrupción del nuevo Marco Curricular y la nueva propuesta del Plan de Estudios 2022 de la Educación Básica Mexicana.
Al finalizar la exposición de los tres invitados, Arcelia Martínez Bordón comentó que es muy preocupante que, en esta crisis educativa, agudizada por la pandemia, no se cuente con información pública sobre la pérdida de aprendizajes en el país, por lo que es urgente conocer qué pasó y poner la lupa en lo que está haciendo la autoridad educativa para resolver.
En una segunda ronda de participación, Sylvia Schmelkes señaló que la pandemia es una tragedia y esto no se está dimensionando: “parece que regresar a la escuela es seguir como antes”. Mencionó que es muy importante contar con estrategias que permitan aminorar las consecuencias y efectos de la pandemia. Se necesita, dijo, contar con información sobre el estado de las escuelas, la situación del abandono escolar y la pérdida de aprendizajes, dada la heterogeneidad y desigualdades del sistema, para poder implementar políticas y estrategias que atiendan las consecuencias más inmediatas de la pandemia, además de priorizar a las escuelas del país que durante la pandemia no fueron atendidas.
Comentó también que es fundamental priorizar los contenidos y no seguir con un currículo sobrecargado. En este momento, dijo, lo que se tiene que hacer, en primer lugar, es fortalecer las competencias fundacionales. En segundo lugar, aquellas competencias que durante el confinamiento no pudieron lograrse y que tienen que ver con la convivencia, formación de valores, democracia, construcción de paz e interculturalidad.
La académica enfatizó que es necesario enseñar a las y los estudiantes a partir del nivel en donde están, de lo contrario solo se acumularán rezagos educativos. Por tanto, es indispensable apoyar a las y los docentes, así como mantener vínculos con las madres y padres de familia y las comunidades. También mencionó que es necesario contar con una estrategia que permita revertir el abandono escolar, y para que ello suceda se requieren políticas de naturaleza intersectorial, sin embargo, es algo que en nuestro país no sabemos hacer, ya que cada sector del gobierno trabaja por su lado
“[…] es necesario transformar el sistema educativo, hacerlo más equitativo y que atienda mejor y con más recursos a aquellos que están en situaciones más desfavorecidas”.
Gabriela de la Cruz, en su turno, comentó que es muy importante que no se pierda la brújula para atender y visibilizar las múltiples problemáticas que se viven actualmente, entre ellas, el regreso a las escuelas. Dijo que se requiere analizar qué fue lo que pasó, cómo se vivió esa pérdida de la experiencia escolar y cómo reconstruirla a partir de nuevos referentes, es decir, no regresar sin hacer visible y sin socializar lo que se ha vivido durante estos dos años para no reproducir más desigualdades y asimetrías.
Ernesto Treviño expresó que existen cuatro años de déficit presupuestario en educación por lo que el gobierno federal nos está quedando a deber. Pese a ello, dijo in embargo, la escuela está haciendo su parte. En su opinión, se están atendiendo las prioridades de aprendizaje en las aulas, pues la mayoría de las y los profesores actualmente son más reflexivos y están más atentos a la heterogeneidad de sus alumnos.
En la parte final del seminario se abrió el micrófono para que las y los participantes del seminario expresaron sus comentarios, dudas y/o reflexiones. Las y los asistentes mostraron sus preocupaciones en torno al Nuevo Marco Curricular, pero también sobre lo que se requiere para recuperar el aprendizaje de las niñas y los niños, o para combatir las brechas de desigualdad. Algunas de las preguntas que surgieron en esta ronda con el público fueron: ¿Cómo se está distribuyendo el presupuesto educativo en este año? ¿Cómo financiar la transformación de las condiciones que estamos viviendo en el Sistema Educativo? ¿Cuáles son las necesidades de las y los docentes?
Para concluir, hizo un llamado a atender las consecuencias trágicas de la pandemia, pues las políticas públicas están orientándose a fortalecer los programas de becas y la entrega directa de recursos que son fundamentalmente regresivos porque son universales y están beneficiando a quien no lo necesita, restando recursos a aquellos que sí lo necesitan.
Algunas preguntas para la reflexión son:
- ¿Qué le toca a la autoridad, qué a la escuela, qué a los docentes, qué a las familias, qué a la sociedad civil organizada y qué a la academia para revertir los daños educativos ocasionados por la pandemia?
- ¿Cómo involucrarnos más en la observación de lo educativo, en lo que sucede, en las consecuencias trágicas de la pandemia, para elevar el costo político de la falta de respuesta de la autoridad educativa?
¡Las y los invitamos a observar y a discutir los alcances y retos de las políticas educativas!