Blog del Faro

Espacio abierto para la reflexión, testimonios y propuestas de docentes, investigadores, asesores técnico-pedagógicos, directores, supervisores, madres, padres y estudiantes.

Comunidad de aprendizaje en los CTE de primaria

En este documento, María Catalina Rodríguez Edeza, docente en una telesecundaria en Cosalá, Sinaloa, nos comparte su proyecto “Insustituible el maestro en el aula”. Su práctica pertenece a la categoría “Educación socioemocional”, como parte del ejercicio de sistematización de buenas prácticas de docentes en pandemia, encabezado por Grupo Loga, el Faro Educativo de la IBERO, Proeducación, Pauta y Renaced y cobijado también por la Red de Mujeres Unidas por la Educación.

Comienza la conversación

Jair Ivan Barrientos Pech
Supervisor Escolar 043
Las Choapas, Veracruz

Ubiquemos la buena práctica

Categoría: Educación socioemocional
Nivel y modalidad educativa: Primaria Federal
Turno: Discontinuo

Fines perseguidos

Los Consejos Técnicos Escolar (CTE) son pieza clave para la enseñanza y aprendizaje de las y los docentes; en esta reunión, los docentes expresan sus ideas, formas de trabajar, evaluar, así como las estrategias, instrumentos, técnicas que emplean al momento de impartir clase. Lo anterior permite mejorar la práctica o el quehacer docente.

Los retos específicos para el regreso de Consejos Técnicos Escolares presenciales fue precisamente trabajar en época de pandemia, ya que fue la principal causa de obligar a no reunirnos de forma presencial y como consiguiente no poder organizarse, con ello se derivan diversos motivos por los cuales los docentes deciden no presentarse a un CTE de manera presencial, algunos mencionaron que estaban pasando por situaciones críticas, otros por miedo, pocos por pereza, y así se podrían ir mencionando diferentes causas y motivos por los cuales no querían presentarse de manera de presencial, todos y cada uno llegaba al mismo fin.

El objetivo general que se ha planteado en los CTE es la evaluación de los estudiantes de nivel primaria. Para estar en contexto, desde que inició la pandemia las autoridades de todos los niveles han propuesto maneras de evaluar muy distantes de la realidad, la primera disyuntiva de todos los maestros es que los niños no podían ser evaluados de manera objetiva, por tanto, no se lograba conocer al ciento por ciento los conocimientos adquiridos o alcanzados durante las clases virtuales; algunos de los motivos pueden ser ejemplificados, de acuerdo a lo expresado en los CTE con los docentes y directivos; comenzamos con una amplia gama de factores que interviene para no lograr una buena evaluación o una que nos ayude a conocer el nivel de aprendizaje de los estudiantes, de acuerdo a los aprendizajes esperados que marca el plan y programas 2017 que está pronto a ser sustituido.

Durante la pandemia, todos o la mayoría de los maestros buscó la forma de enseñar a sus estudiantes, o al menos tratar de enseñarles,  algunos recayeron en solamente enviar actividades vía correo electrónico o por aplicaciones de mensajería instantánea; como el WhatsApp o Messenger, estas son una de las más reconocidas, incluso, por el menos conocedor de las herramientas tecnológicas, debido a que son útiles para comunicarse, lo inicialmente mencionado, es decir, recaer en el solo envío de actividades, traía como consecuencia que los padres de familia realizaran las actividades por sus hijos, si bien los maestros saben que dicha acción afecta inimaginablemente el desarrollo de conocimiento del niño, o como muchos docentes lo llaman, su proceso de construcción de conocimiento, posteriormente se entraba al asunto evaluativo que daba como resultado o totales calificaciones numéricas demasiado elevadas, porque como ya se mencionó anteriormente; la tarea la hacían los padres de familia.

Podemos sumar más y más factores, sin embargo, no podemos engañar ni engañarnos diciendo que el 100% de los docentes trabajó correctamente, ya que la mayoría de docentes no estaban preparados para una pandemia mundial ni para trabajar con herramientas tecnológicas de enseñanza -plataformas, wikis, videos, nubes, entre otras-. Por otro lado, al impartirse las clases a distancia, la forma de evaluar debía adaptarse a las circunstancias y ser flexible… ¡muy flexible! No se podía llevar a cabo el proceso de ‘no acreditación’, es decir, todas y todos los niños de educación básica debían pasar al siguiente grado sin importar los aprendizajes alcanzados o bien, sin haberse conectado a las clases virtuales; lo anterior desilusionó completamente a las y los docentes, ya que el Sistema Educativo Mexicano no logró ‘equilibrar’ los métodos de evaluación.

Puntos clave de la práctica

La evaluación en tiempos de pandemia es uno de los aspectos más complicados de cumplir, sobre todo cuando los docentes frente a grupo están “atados de manos” para realizar un proceso evaluativo objetivo; la primera barrera y la más grande son las autoridade, es decir, la Secretaría de Educación Pública, desde ahí se puede partir para no alcanzar una evaluación como se debe, al menos desde el ciclo escolar actual, debido a que no todos empezaron a trabajar de manera presencial al mismo tiempo, por tanto, no todos los niños pueden ser evaluados de la misma manera, como bien se sabe, los padres de familia no están obligados a llevar a sus hijos a clases presenciales, pero el docente si está obligado a atenderlos, está obligado a asignarle actividades y también a evaluarlo, de acuerdo a su ritmo de trabajo, haciendo una comparación con este tipo de actividad antes de la pandemia, se puede deducir que el maestro no evalúa a sus niños de acuerdo al ritmo de aprendizaje, sino que lo hace conforme a los niveles, objetivos y metas que se plantean desde un inicio, siendo estos conocidos por los mismos estudiantes, los padres de familia y por obvias razones los mismos docentes, entonces ¿podrá el docente frente a grupo lograr una buena evaluación con sus alumnos?, la respuesta es un no.

Para realizar la buena práctica evaluativa junto con los docentes, y también mencionando que es una actividad que se propone para cada ciclo escolar, primero el equipo de CTE se percató de las dificultades de lectoescritura que poseen los niños a causa de la pandemia:

Para realizar una buena práctica evaluativa junto con las y los docentes -una actividad por cada ciclo escolar-, el equipo de CTE se percató que las y los niños tienen dificultades de lectoescritura, lo anterior, causado por la pandemia.

  1. Se realizó una evaluación a aproximadamente 350 niños de primero y segundo grado con la finalidad de detectar su nivel de lectura y escritura.
  2. Posteriormente, se realizó un análisis de los niveles de lectura y escritura de los estudiantes junto con sus calificaciones del primer trimestre, tomando en cuenta la asignatura de lengua materna, anteriormente conocida como español.
  3. Después de realizar un análisis intensivo de las calificaciones y niveles de lectura y escritura, se seleccionó una muestra por grupo de 5 a 7 estudiantes cumpliendo con la característica de ser unos de los más destacados de cada grupo, tener las mejores calificaciones y referencias por parte de su docente.
  4. Luego, al tener las muestras seleccionadas, es decir, los niños quienes específicamente serán evaluados, se pasarán nuevamente a sus aulas y se aplica una evaluación más rigurosa para detectar el nivel más preciso y partir de ahí para el diseño de estrategias y tiempos cuidadosamente observados para llevarlos a su aplicación, de esta forma ayudar a los niños más rezagados.
  5. Los resultados son analizados exhaustivamente por el cuerpo del Consejo Técnico Escolar para atender las prioridades en cuanto a lectura y escritura, se concentran resultados en tablas y se realizan gráficas para explicar sus avances a los maestros involucrados en la evaluación.
  6. Un aspecto a considerar sumamente importante para el consejo técnico, es la buena práctica de mantener una comunicación asertiva con el padre de familia, esto para indicar los avances de sus hijos, aquí nos situamos específicamente en segundo grado, de acuerdo a las evaluaciones y la detección de los niveles, y después de aplicar las estrategias, si con ayuda de todo eso el estudiante aún tiene dificultades de desarrollar la habilidad de lectura y escritura, entonces encontramos la participación conjunta del directivo junto con el docente para entablar una conversación con el padre o la madre de familia para explicarle la situación y proceder a una revocación de grado, lo cual significa que el tutor del niño debe solicitar mediante un escrito que su hijo o hija se quede en el grado actual (segundo grado) para alcanzar los aprendizajes y desarrollar las habilidades, de no hacerlo, en el grado siguiente tendrá dificultades, ya que debe llegar con las habilidades desarrolladas completamente o en un gran porcentaje para dedicarse a contenidos diversos que marca el plan.

Se debe tomar en consideración al tutor, madre o padre de familia; en muchas ocasiones, los tutores o padres no quieren ser abordados, de antemano, saben que las y los niños de 1er o 2do grado de educación primaria no pueden ser reprobados -no acreditados-. Lo anterior ocasiona una serie de conflictos con los padres de familia, sin embargo, eso es otro tema distintos.

Por otro lado, los recursos necesarios para la buena práctica son el equipo de docentes; docentes capacitados y preparados mentalmente para realizar un arduo trabajo, -no es una actividad por la que aumenten el salario o paguen una bonificación-, pero es un proceso que mejora el aprendizaje de las y los estudiantes, en tanto las y los docentes se ven interesados por formar parte de la buena práctica. Otro recurso es el material actualizado, es una parte fundamental, así como el tiempo, los insumos y recursos tecnológicos.

El papel esencial se lo llevan los docentes y evaluadores, ya que deben mantener una comunicación de confianza para que el proceso sea exitoso. Si el maestro o maestra ‘mienten’ no se alcanzaría el objetivo general ni los específicos; se requiere que el maestro (a) sea parte fundamental del proceso y que responda acertadamente a todos los cuestionamientos que el evaluador podría hacer, -desde el compartimiento del estudiantado, su manera de dar clase, de evaluar, sus métodos y procesos de enseñanza-aprendizaje, la construcción del conocimiento y lazo comunicativo con las y los estudiantes, así como con los padres de familia-.

Algunos maestros, durante el proceso, no dijeron la verdad en las evaluaciones, ya que tuvieron temor a ser criticados por los pocos o muchos aprendizajes alcanzados, por el avance de las y los niños, entre otros factores.

La actividad más exitosa fue el diseño correcto de la estrategia, específicamente para el grupo 2 “A”, la actividad no pudo usarse en 2 “D”, ya que son totalmente diferentes, esa es la parte más novedosa y gratificante para los docentes; puedo mencionar, de forma insignificante, que muchos docentes son “celosos” con su trabajo, les gusta que los demás sepan poco o nada de las estrategias exitosas y el hecho de tener la oportunidad de diseñar una estrategia única acompañada de procesos evaluativos específicos impacta positivamente en su labor docente.

Las buenas prácticas son muy frecuentes en la labor docente, simplemente algo que funciona es aplicado una y otra vez hasta que se convierte en una práctica casi perfecta o excelente, se tiene o debe ir adaptando a las necesidades por las cuales está siendo aplicada y eso es lo interesante de la evaluación que se logra en los estudiantes.

Refiriéndose a los supervisores y directores de las escuelas primarias, se asegura que la detección y apoyo a los niños en lectoescritura es esencial para tener un buen desarrollo en los demás contenidos; se escuchan, en muchas ocasiones, frases de las autoridades educativas como “no se puede reprobar en primero y segundo así que no hay nada que hacer”, “aunque no venga el niño lo tengo que pasar de grado”, “para que me voy a matar si no me harán un monumento”, frases demasiado típicas, pero a la vez demasiado reales, las cuales obstaculizan el proceso de una buena práctica para el mejoramiento de los estudiantes.

Durante el CTE se toma el acuerdo de que las niñas y niños que no aprendan a leer y escribir en primero o segundo grado, no podrán ser acreditados para cursar el 3er grado. Lo anterior ocasiona un conflicto de aprendizaje en la o el estudiante porque no podrá entender los contenidos de las diversas asignaturas; cuando el o la estudiante logre desarrollar la habilidad de la lectoescritura, ya se habrá atrasado o rezagado en la mayoría de contenidos -si a lo anterior se le añade que, debido a la gran cantidad de estudiantes, las y los maestros no pueden auxiliar a cada estudiante en las dificultades de lectoescritura-, sin embargo, el objetivo es brindar el apoyo pertinente para que cada estudiante logre adquirir las habilidades esenciales de manera permanente, sin olvidar que cada estudiante tienen un ritmo de aprendizaje.

Principales cambios observados

Antes de la pandemia ya se había logrado un cambio significativo en las y los estudiantes, -no había ningún estudiante de 3ero a 6to sin habilidades de lectura y escritura-, todas y todos los niños sabían leer y escribir, en su mayoría tenían buena comprensión lectora. Las escuelas de la zona eran reconocidas por la siguiente frase: “si no sabes, no te pasan de grado”. Muchas y muchos estudiantes procedían a irse a otras escuelas, sin embargo, los padres de familia conscientes entendían el buen funcionamiento de las formas de evaluar, detección y promoción de grado, entonces procedían a dejarlos (as) en la escuela; en su mayoría, los padres de familia se preocupan porque sus hijas e hijos alcancen un buen aprendizaje.

Con la pandemia se vino abajo el trabajo de tres ciclos escolares. Posteriormente, las autoridades educativas deciden ‘cambiar y actualizar’ los Planes y Programas de Estudio, con lo anterior no hay problema, sin embargo, lo que sí afecta es la modificación del proceso evaluativo -que la niña o niño promueva el grado sin importar los aprendizajes alcanzados-. Lo anterior es inaceptable para la educación mexicana. Todo eso no ha detenido a los CTE, al contrario, se está buscando la manera de volver a implementar la buena práctica con resultados satisfactorios; poco a poco se irán obteniendo mejores resultados, en tanto los padres se preocupen por el aprendizaje de sus hijas e hijos.

Entre colegas: recomendaciones para hacer uso de la estrategia o de sus componentes

Existen diversas recomendaciones que se deben tomar en cuenta para que la práctica funcione:

Para comenzar, los objetivos siempre deben ser claros. Se debe comenzar con una detección de estudiantes con dificultades de lectoescritura, posteriormente, se debe seleccionar una muestra; se debe tener un proyecto trazado por una o dos personas antes de presentarlo al colectivo, en este caso al CTE. El proyecto ya se debe llevar hecho para que no se pierda tiempo y así, en el CTE se pueda modificar, se asignen fechas, horarios y modalidades de aplicación. Además, se necesita que todos los miembros del CTE tengan buena disposición, ya que el trabajo a realizar implica el uso del tiempo libre en varias ocasiones y al no ser pagado como horas extras ocasiona una indisposición por parte de los miembros, lo cual no puede suceder, de ser así, no se aplicaría correctamente toda la evaluación.

Como en la mayoría de las situaciones, solo una persona puede liderar el trabajo, lo anterior no significa que es quien deba hacer todo o no deba hacer nada; se trabaja de manera colaborativa. El ejemplo lo debe poner siempre quien diseñó la propuesta, no obstante, todas y todos deben tener alguna o algunas responsabilidades para que todo marche correctamente.

Otra recomendación importante es tener absolutamente todo por escrito y que cada miembro lo tenga igual, para que sea tomado en serio y con profesionalismo, se necesita que todo los acuerdos sean anotados, todas las modificaciones de la propuesta sean realizadas sin excepciones y programar las actividades con un buen tiempo para notificar a quienes formarán parte esencial del proceso; los docentes y estudiantes.