Blog del Faro

Espacio abierto para la reflexión, testimonios y propuestas de docentes, investigadores, asesores técnico-pedagógicos, directores, supervisores, madres, padres y estudiantes.

La evaluación centrada en el aprendizaje esencial para disminuir el rezago académico

En este documento, César Edgardo Kantun Tamayo, Director de la Escuela Secundaria Oficial No. 0875 “Wenceslao Labra” en Zumpango, Estado de México. Nos comparte su proyecto “La evaluación centrada en el aprendizaje esencial para disminuir el rezago académico”. Su práctica pertenece a la categoría “Evaluación”, como parte del ejercicio de sistematización de buenas prácticas de docentes en pandemia, encabezado por Grupo Loga, el Faro Educativo de la IBERO, Proeducación, Pauta, Renaced y cobijado también por la Red de Mujeres Unidas por la Educación (MUxED).

Comienza la conversación

Dr. César Edgardo Kantun Tamayo
Director
Escuela Secundaria Oficial No. 0875 “Wenceslao Labra”
Zumpango, Estado de México

Ubiquemos la buena práctica

Categoría: Evaluación
Nivel y modalidad educativa: Secundaria, General
Grado escolar: 1° a 3°
Turno: Vespertino

Fines perseguidos

La práctica aquí presentada tuvo como reto principal para el regreso a clases en la modalidad  escolarizada, el disminuir en un estimado del 50% el rezago académico de los alumnos que  durante la pandemia tuvieron problemas de conectividad con una comunicación nula o eran  intermitentes en la comunicación con los docentes, lo que generó un atraso en los aprendizajes  esperados en el mejor de los casos y en el peor de los casos propició que dichos aprendizajes  esperados no se consolidaran; de ahí la urgencia y necesidad de atender la situación y evitar  que los alumnos en condición de rezago académico pudieran convertirse en repetidores o que  fueran promovidos pero sin los elementos suficientes para desempeñarse adecuadamente en el  siguiente grado, como es el caso de los alumnos de 1° y 2° grados o siguiente nivel escolar para  el caso de los alumnos de 3°.

Por lo antes señalado, es que la buena práctica se orientó principalmente para dar atención a los alumnos que, de acuerdo con el seguimiento continuo de los docentes y los exámenes aplicados por éstos, se identificaron en condición de rezago académico; como el trabajo se realizó en toda la escuela, se focalizaron: 7 casos de primer grado, 15 casos de segundo grado y 10 casos de tercer grado, por lo que en total se buscó atender a 32 alumnos en dicha condición.

Ahora bien, para dar tratamiento al tema y desarrollar las actividades de manera sistemática, se plantearon los siguientes objetivos:

Objetivo General

Diseñar un modelo de evaluación que permita disminuir en un 50% el rezago académico en los grupos al incrementar el logro de los aprendizajes esenciales de los alumnos de la Escuela Secundaria No. 0875 “Wenceslao Labra” Turno Vespertino durante el ciclo escolar 2020-2021.

Objetivos específicos

  1. Construir un marco metodológico que al implementarse permita al docente reorientar la concepción de evaluación como emisora de calificación a la de generadora de información, para consolidar aprendizajes esenciales que disminuyan el rezago académico en los alumnos.
  2. Diseñar un modelo de evaluación centrado en el logro de aprendizajes esenciales que disminuya el rezago académico.
  3. Evidenciar el aporte de los resultados obtenidos de la aplicación del modelo de evaluación centrado en el logro de aprendizajes esenciales para reducir el rezago académico.

Puntos clave de la práctica

La buena práctica se inició trabajando con los docentes, dicho trabajo consistió básicamente en que se concientizaran sobre la forma adecuada de emplear la evaluación para obtener información que permitiera a los alumnos la adquisición de aprendizajes esenciales, para lo cual fue preciso identificar aquellos aprendizajes que resultan fundamentales dentro del currículo, con la finalidad de centrar el trabajo pedagógico y evaluativo en ellos.

Así, cada docente compartió la forma de evaluar que mejores resultados le reportó, la forma en  que empleó los instrumentos de medición, el nivel de dominio que pretendía lograr, el nivel  taxonómico de las actividades y las gradientes necesarias para ello; del ejercicio anterior, se  rescataron los elementos presentes de forma constante en cada forma de evaluar para generar  un concentrado con los elementos fundamentales y efectivos como punto de partida;  posteriormente se les presentaron ejemplos prácticos de las formas correctas que pueden  emplearse para utilizar la evaluación coherentemente, destacando en orden los aprendizajes  esperados y puntualizando aquellos esenciales que se requieren para trabajar los contenidos en  cada grado; luego, se identificó el nivel de dominio exigido por el aprendizaje esencial y en  consecuencia las actividades necesarias a realizar en función del nivel taxonómico requerido por  dicho dominio, centrándose en todo momento en el aprendizaje más que en la entrega o  cumplimiento.

Con base en lo anterior, se dejó en claro la relación que debe existir entre los aprendizajes esperados y objetivos del plan de estudios con la planeación de clase y la evaluación, así como la relación que debe existir entre lo que se evalúa en función de los aprendizajes esenciales, dominio y taxonomía con las evidencias que deben generarse de dicha evaluación.

De esta manera, se diseñó un modelo de evaluación que contempló los siguientes elementos: 

  1. Priorizar lo que se requiere que los alumnos aprendan (aprendizajes esenciales).
  2. Determinar las actividades pedagógicas y didácticas que faciliten el logro del aprendizaje en cuestión, en función del dominio de este y taxonomía de las actividades requeridas para su consolidación.
  3. Definir los instrumentos que formarán parte de la evaluación que permitan evidenciar el avance o dificultades en la adquisición del aprendizaje en cuestión.
  4. Asegurarse de que los alumnos comprendan lo que se les evaluará.

Así mismo, junto con el diseño del modelo, también se consideraron los recursos a emplear, por  lo que se buscó la economía del modelo, logrando así una práctica muy barata hablando de  insumos y materiales pues no se ocupó más que un espacio acondicionado para una reunión  similar a las de CTE, con un proyector, bocina y una laptop, donde se pudieran dar las charlas;  sin embargo, fue costosa en el sentido de recursos necesarios pero no siempre disponibles como  el tiempo extra que los docentes debían dedicar a las sesiones de trabajo, a la paciencia que se  exigía para aquellos compañeros a los que les costó un poco más entender la manera de  concatenar aprendizajes o niveles de dominio, también, a la forma de relacionar los niveles de  dominio con las actividades específicas según su nivel taxonómico requerido y el producto que  dicha actividad podría generar; y fue cara en disposición, pues esta, es imprescindible para lograr  un avance real; sin embargo, pese a dichas exigencias, los docentes de la escuela participaron  inicialmente con la idea de que probablemente sería un taller más sobre evaluación, pero con el  trabajo notaron el aporte práctico y el valor de lo tratado, empeñándose mucho más en colaborar  y participar activamente, logrando así el diseño e implementación del modelo de evaluación  propuesto.

En consecuencia, el papel del profesorado fue fundamental, pues fueron aplicadores de  instrumentos y en ellos se ve reflejado también el progreso de sus alumnos, además, tuvieron y  siguen teniendo la oportunidad de reflexionar sobre su práctica como una forma de nutrir su  quehacer pedagógico y encontrar oportunidades de crecimiento, es decir, en última instancia,  son los docentes los ejecutores del modelo de evaluación; ahora, de igual forma que con los  profesores, el papel del director fue importante también, pues éste se encargó del diseño de la  propuesta, de promover la participación activa de los docentes, del seguimiento al trabajo y  orientación de las acciones así como de la parte operativa para dar seguimiento a su aplicación  y poder interpretar los resultados obtenidos.

En este tenor, el director también tuvo la oportunidad de apoyar al profesorado brindando realimentación a la práctica pedagógica de cada docente, con el objeto de orientarlo en lo particular y favorecer la evaluación centrada en los aprendizajes esenciales.

Entonces, como consecuencia del trabajo hecho, se registraron diversas actividades que tuvieron  éxito, dentro de las cuales se destacó como la actividad más exitosa aquella donde se logró que  el profesorado de la escuela evolucionara de una concepción tradicional de la evaluación  centrada principalmente en el cumplimiento para la generación de un numeral, hacia una orientada a la obtención de información para mejorar la consolidación de aprendizajes  esenciales, donde la calificación dejó de ser lo principal y el aprendizaje se volvió lo más  importante; de esta manera, los docentes comenzaron a reinventar su práctica y sus formas de  evaluar, logrando no solo la disminución del porcentaje de alumnos en condición de rezago  académico sino que también se logró colateralmente potenciar los aprendizajes de los alumnos  regulares, elevando así su aprovechamiento.

Debido a todo lo anterior y considerando que la práctica descrita se pensó para alumnos en situación de rezago académico y que durante la aplicación del modelo de evaluación que se llevó a efecto en todos los grupos de manera homogénea al tratarse de una forma efectiva de evaluar, se benefició también a los alumnos regulares, hecho por el que se considera que todo lo realizado forma en conjunto una buena práctica.

Principales cambios observados

Uno de los principales cambios se observa en la práctica pedagógica de los docentes, en la cual, ya se aprecia coherencia entre lo que se requiere que el alumno aprenda según el plan y  programa de estudio de cada asignatura, con lo enseñado en el salón de clases y éstos  anteriores con la evaluación, dentro de la cual ya se encuentra connotativamente el dominio del  aprendizaje esperado y las actividades propuestas corresponden al nivel taxonómico que exige  el dominio en cuestión; de igual manera, los instrumentos empleados para la evaluación ya no  solamente son la lista de cotejo y los exámenes, sino que se integraron rúbricas y seguimientos  personalizados al seguimiento continuo.

Otro importante cambio se aprecia en la planeación de clase, en la cual ya se muestran de forma coherente los contenidos a enseñar, las actividades y evaluación argumentadas, toda vez que en la evaluación se distingue cada aspecto a valorar con respecto al aprendizaje esencial, el cual se sujeta al contenido, al nivel de dominio requerido por el aprendizaje esencial y evidencia las acciones implementadas para consolidarlo, así como los productos que se generan con ello.

Un último cambio, se evidencia que el porcentaje de alumnos rezagados académicamente, que desde un principio fueron el objeto de la intervención propuesta, disminuyó en 50%, pues se atendió a 32 alumnos con rezago académico correspondientes a los tres grupos que conforman la institución, y con la ayuda de la intervención se logró rescatar a 16 alumnos. El resto de estudiantes no mejoró su desempeño por factores fuera del control de los docentes y la dirección.

Entre colegas: recomendaciones para hacer uso de la estrategia o de sus componentes

La principal recomendación es que se sensibilice adecuadamente al personal docente antes de  intentar lograr una evolución en su concepción o cambio de paradigmas respecto de la  evaluación, debido a que si no se realiza una adecuada sensibilización que les permita estar receptivos, pueden herir susceptibilidades y hay compañeros que pueden ofenderse mucho cuando se les habla de la precariedad con la que realizan sus evaluaciones, de la falta de  coherencia que existe entre lo que quieren lograr y lo que están evaluando o simplemente cuando  se les hace alguna recomendación orientada a la mejora de su práctica pedagógica.

De igual manera se recomienda que la realimentación que se haga a los compañeros docentes inicie resaltando alguna fortaleza con la que pueda trabajarse para dar tratamiento al área de oportunidad identificada, dicha realimentación si bien debe ser honesta y clara, también debe hacerse con calidez evitando expresiones peyorativas, ofensivas, que denigren o no valoren el esfuerzo del profesorado.