Fredel Levy, estudiante de la licenciatura en Pedagogía de la Universidad Iberoamericana
Adentrarme en “Infocracia” fue como despertar de un sueño digital. Han me sacudió con su análisis crudo y certero de la sociedad actual, dominada por la tiranía de la información. Cada página me confrontaba con mi propia realidad digital. La infoxicación constante, la pérdida de atención, la adicción a las redes sociales, me golpeaban como puños en el pecho.
Me sentí desnuda, expuesta a la cruda realidad de una sociedad hipnotizada por el brillo de las pantallas. El exceso de información en la era digital conduce a la saturación mental y la incapacidad de procesar información de forma profunda.
La lucha por la atención en el mundo digital fragmenta nuestra capacidad de concentración y nos convierte en esclavos de las notificaciones. Coloniza nuestro interior, invadiendo nuestra intimidad y reduciendo nuestra capacidad de autorreflexión.
Pero “Infocracia” no solo es una crítica devastadora. Han también ofrece una llamada a la acción. Nos invita a resistir a la tiranía de la información, a recuperar la capacidad de pensar, a cultivar el silencio y a reconstruir el espacio público.
Leer “Infocracia” ha sido un viaje transformador. Me ha hecho replantearme mi relación con la tecnología, a valorar el silencio y a luchar por una sociedad más reflexiva y crítica.
Las ideas de Han han dejado una huella imborrable en mí. Ahora, cuando navego por internet o utilizó las redes sociales, lo hago con mayor conciencia. Soy más consciente del efecto que la información tiene en mí y de la importancia de filtrar y separar lo que consumo.
“Infocracia” es un libro necesario para todos. Es una invitación a despertar de la anestesia digital y a construir un futuro más humano y democrático. A diferencia de la transparencia tradicional, que buscaba la claridad y la apertura, Han describe una nueva forma de transparencia que tiene consecuencias negativas para la sociedad. “La transparencia es el frente de un proceso que escapa a la visibilidad” (Han, 2022, p.17), todo tiene una parte trasera obscura.
Dentro del libro se menciona un ejemplo del edificio transparente de Apple, que está abierto las veinticuatro horas del día, todo el mundo tiene acceso al edificio como cliente. Este cubo de cristal ofrece libertad y comunicación sin límites, pero lo que realmente no sabemos es que materializa la dominación despiadada de la información. Las personas nos convertimos en personas transparentes por causa del régimen de la información, mientras que la dominación nunca lo será.
“La sociedad de la información produce un exceso de información que, paradójicamente, conduce a una falta de información.” En una época donde la información está al alcance de un clic, nos encontramos con una incapacidad para discernir lo que es verdadero de lo falso, para comprender la complejidad del mundo y para formar nuestros propios juicios. La sobrecarga de información nos convierte en consumidores pasivos de datos sin sentido, incapaces de pensar críticamente y construir nuestro propio conocimiento.
La frase de Han resume a la perfección la ironía de la era digital. En la búsqueda de estar informados, nos hemos convertido en víctimas de la infoxicación, perdiendo la capacidad de pensar por nosotros mismos y construir una sociedad basada en el conocimiento y la reflexión crítica. Es una frase que nos invita a repensar nuestra relación con la información y a luchar por una sociedad más informada y reflexiva.
Referencia: Han, B. C. (2022). Infocracia: La digitalización y la crisis de la democracia. México: Taurus.