Fines perseguidos
Leer y comprender textos en el idioma nativo es un problema existente en la actualidad, hacerlo en otro idioma es mucho más difícil cuando no tenemos las bases o vocabulario necesario para entender información específica.
Un 90 % de los alumnos de secundarias públicas no tienen las bases de inglés para entender un texto, lo cual causa frustración o falta de motivación para aprender y dedicar tiempo a leer. Es un reto lograr que los alumnos puedan decodificar y comprender las palabras contenidas en las lecturas; que lleguen a entender y disfrutar los textos y al mismo tiempo obtener información relevante.
Se pretende que los alumnos obtengan un mayor conocimiento del idioma inglés a través de la lectura, disfrutando y extrayendo información relevante de textos cortos, hacer predicciones, y desarrollar el interés por seguir aprendiendo un segundo idioma, inglés, e interesarse por leer más.
Objetivo general
Fomentar el desarrollo de habilidades de comprensión lectora en el idioma inglés entre los alumnos de secundaria, con el fin de aumentar su conocimiento del idioma, su capacidad para extraer información relevante de textos cortos y su motivación para continuar aprendiendo y leyendo en inglés.
Objetivos específicos
- Mejorar la capacidad de los alumnos para decodificar y comprender palabras en textos escritos en inglés.
- Fomentar el disfrute de la lectura en inglés entre los alumnos, haciendo énfasis en textos cortos y accesibles.
- Estimular la capacidad de los alumnos para hacer predicciones basadas en el contexto y el
contenido de los textos en inglés. - Desarrollar el interés de los alumnos por el aprendizaje del idioma inglés como segunda lengua.
- Motivar a los alumnos a seguir leyendo en inglés y a buscar información relevante en diversos tipos de textos en este idioma.
Puntos clave de la práctica
La necesidad de comunicarse en inglés se ha vuelto fundamental en la actualidad. Al observar que los alumnos carecen de conocimiento sólidos en este idioma, resulta imperativo tomar medidas urgentes. Los alumnos desde primer grado hasta tercero de secundaria enfrentan dificultades para comprender textos en inglés debido a la falta de bases fundamentales del idioma, por lo que hace que la tarea de leer un texto parece imposible.
Para motivar a un alumno a leer y comprender un texto que contiene palabras totalmente desconocidas, es necesario seguir un proceso que consta de varios pasos. En primer lugar, es fundamental crear un ambiente de confianza en el cual el alumno se sienta cómodo y libre de presiones o vergüenzas frente a sus compañeros y/o maestros.
Dado que los estudiantes carecen del vocabulario necesario para comprender un texto, es importante introducir el vocabulario de la lección de manera adecuada. Para ello, se sugiere una libreta de dibujo (hojas blancas) para representar con dibujos las palabras que se van a utilizar y/o estudiar en el texto. Este enfoque visual facilitará la comprensión y retención del vocabulario por parte del estudiante.
Se practica el vocabulario mediante repeticiones, pronunciaciones tanto grupales como individuales. Se recomienda utilizar drills, es decir, repeticiones orales de manera individual y/o grupal.
Para reforzar el vocabulario, se sugiere utilizar la herramienta digital Quizlet.com, ya que permite personalizar el vocabulario a estudiar mediante imágenes y pronunciación, o bien cualquier otra alternativa posible.
Es fundamental establecer conexiones con los conocimientos previos del alumno sobre el tema en cuestión. Se deben indagar experiencias, anécdotas o información que los estudiantes posean acerca del tema o personaje a estudiar. “La lectura es una ventana a través de la cual se puede observar el mundo y una puerta a través de la cual se puede acceder a él.” Andrew Carnegie.
El reconocimiento de palabras es fundamental para facilitar la comprensión del texto. Se recomienda escribir en el pizarrón un texto corto, manteniendo un control del número de palabras con el que se inicia en cada lección para aumentar progresivamente la cantidad y la dificultad. Además, se emplean colores: rojo para sustantivos (nouns), verde para verbos (verbs) y amarillo para adjetivos (adjectives). Esta técnica de coloración resalta las palabras y las asocia con su tipo, lo que facilita la comprensión. Al finalizar, el texto lucirá colorido y será más accesible para los estudiantes.
A continuación, procedemos con la lectura grupal. Se sugiere utilizar un texto corto, en el cual los alumnos repitan después del maestro en tres ocasiones. Como sugerencia adicional, se puede medir el tiempo mientras se lleva a cabo la lectura, al mismo tiempo que se cuenta el número de palabras del texto. De esta manera, se mantiene un control del progreso en cuanto a las palabras leídas o utilizadas durante la lectura. Posteriormente, se realizan repeticiones (drills) tanto grupales como individuales.
Con el objetivo de profundizar en el significado de las palabras y mejorar la compresión, se emplean seis imágenes del texto. Estas imágenes se pueden representar en hojas blancas o de color, incluso en el mismo pizarrón, ilustrando una imagen por cada enunciado. El maestro lee en voz alta mientras señala cada ilustración, y los alumnos repiten después de él.
Seguidamente se pregunta a alumnos quién desea leer voluntariamente el texto frente a sus compañeros. Una vez que un alumno comienza, se motiva a que otros sigan su ejemplo, generando así una cadena de voluntarios deseosos de participar.
La comprensión del texto cobra vital importancia, por lo que se inicia la lectura enunciada por enunciado para generar preguntas. Es esencial que los alumnos estén familiarizados con las preguntas básicas: what, who, when, where, how, why. Se recomienda siempre repasar estas preguntas, anotándolas en un lateral del pizarrón junto a la lección. Al iniciar la lectura, se selecciona un enunciado y se formula una pregunta junto con los estudiantes. Por ejemplo: “Cam and Pam are beavers. What are Cam and Pam?” Las preguntas se plantean primero de manera oral, para ir ayudar a la comprensión de la lectura.
La fase de la comprensión lectora escrita comienza. Se anotan las preguntas y se van respondiendo una por una. Las respuestas se revisan posteriormente, ya sea de manera grupal, intercambiado libretas o de manera individual, aunque esta última opción puede requerir más tiempo.
Como una extensión de la actividad, se solicita a los alumnos que seleccionen tres enunciados del texto. Estos enunciados se representarán con imágenes y se colorearán en sus libretas de vocabulario de inglés (la libreta de dibujo). Otra opción es agregar ejercicios de lectura-escritura, preparando una hoja de trabajo donde los alumnos tengan que recortar frases o enunciados de la lección y ordenarlos, colocando las frases en secuencia en la libreta (pegando las tiras de los enunciados)
El grado de dificultad y la selección de textos dependerán del grado, la edad y el interés de los alumnos.
El grado de dificultad y la selección de textos dependerán del grado, edad, interés de los alumnos.
Observar a los alumnos participando e involucrándose con el idioma genera en el maestro una satisfacción y alegría de ver a los jóvenes motivados de aprender. Cada paso que dan los alumnos representa un avance, un interés por aprender y conocer más el idioma inglés. Ver que es más fácil si prenden vocabulario y si imaginan el contenido del texto.
Considero fomentar la lectura de comprensión en el idioma inglés es una Buena Práctica, ya que a menudo como docentes nos inclinamos hacia ejercicios simples que se centran únicamente en la escritura o la repetición de palabras. Ayudar a los alumnos a desarrollar la capacidad de crear imágenes sensoriales mientras leen se convierte en un acto de creatividad que motiva su continuo aprendizaje.
“La enseñanza de estrategias de decodificación y comprensión de palabras en inglés es esencial para que los alumnos desarrollen habilidades sólidas de lectura en este idioma y puedan enfrentarse con éxito a una variedad de textos.” – Autor Desconocido
Principales cambios observados
Esta Buena Práctica se implementó en cinco grupos pertenecientes a diversos turnos de las escuelas donde laboro. Consistió en ayudar a los alumnos a comprender un texto simple, lo que implicó la decodificación y comprensión de las palabras contenidas en él. Este proceso se logró mediante una serie de pasos en los cuales se guio a los alumnos para desarrollar sus habilidades lectoras, incluso cuando se trataba de textos breves. “La lectura es el fundamento de toda educación. Sin ella, poco más puede lograrse.” Barack Obama.
Los principales cambios que se observaron como resultado de esta práctica incluyeron un aumento en el interés, y la disposición de los alumnos para participar, así como el reconocimiento de que podían comprender el inglés, no importaba se tratará de enunciados simples, era un idioma distinto al idioma nativo. La apropiación de palabras y la capacidad para responder preguntas básicas fueron aspectos esenciales que les permitieron seguir instrucciones, comprender pasos y actuar en consecuencia.
Cuando un alumno empezaba a concienciarse de que no estaba entendiendo lo que leía, podía parar, releer, ver detalladamente ciertas palabras, o bien pedir ayuda para volver a entender.
¡LO LOGRÓ! Fue posible leer textos cortos con enunciados simples que anteriormente no era capaz de comprender. Pudo leer y entender, un texto que se trabajó de manera grupal como en equipo, se observó un interés, un esfuerzo por entender y responder.
Mi papel como docente fue guiar paso a paso el proceso junto con los alumnos, creando la confianza y motivación para demostrarles que sí podían entender y leer. Me esforcé por motivarlos para se aplicarán y se esforzaran por aprender, comenzando con un vocabulario sencillo.
Los recursos necesarios para llevar a cabo esta práctica incluyeron acceso a internet, proyector, hojas de papel, cuadernos, colores, y pegamento.
Una de las actividades más exitosas fue cuando los alumnos respondieron de manera individual a las preguntas, siguieron las instrucciones y se evidenciaron resultados notables en las hojas de trabajo. Aunque no todos los alumnos avanzaban al mismo ritmo, ver cómo progresaban y alcanzaban a comprender un 50% de la lectura generaba en mí, como docente, una motivación y un compromiso renovados por continuar en la labor educativa, contribuyendo en la formación de los jóvenes.
Llegó un momento donde los alumnos ya no rechazaron el trabajar con las lecturas, reconocieron que eran capaces de entender si se enfocaban y lo intentaban. Este cambio de actitud fue gratificante para mí.
Entre colegas: recomendaciones para hacer uso de la estrategia o de sus componentes
Las recomendaciones que puedo compartir con los maestros es que seleccionen textos cortos, sencillos, no importa si el nivel de la lectura es elemental. Esto es considerando que la mayoría de los alumnos de las secundarias públicas no tuvieron contacto con el inglés en su primaria.
Otra recomendación es contar el número de palabras del texto a utilizar. De esta manera el maestro puede ir llevando el conteo o progreso del número de palabras que van leyendo los alumnos. De ahí se va aumentando el número de palabras y también la complejidad.
Utilizar una libreta adicional a la que se toman apuntes o realizan los ejercicios es parte complementario para esta práctica, ya que a través del arte podemos hacer que se vayan creando imágenes que irán quedando en su mente y será más fácil de recordar el vocabulario.
Compartir tus imágenes sensoriales con los alumnos mientras realizan la lectura es de gran ayuda. Habla, comparte con tus alumnos lo que tú ves o imaginas en ese enunciado, fragmento o párrafo de la lectura.
Sé directo y dile a tus alumnos que si pueden imaginarse la lectura como si fuera una serie o una película les será más fácil.
Durante la lectura también puedes preguntar: “¿Qué sientes?, ¿Qué ves o imaginas? ¿Qué harías en esa situación?” Pregunta de acuerdo a la lectura, eso ayuda a que imaginen la historia. Van a notar cómo inventan o ríen. ¡Está bien!
Lleva una bitácora. Haz anotaciones. Que funciona. Que preguntas te hacen frecuentemente. Que entienden o no. Etc.
Evitar la frustración de no saber reaccionar ante las emociones de los alumnos, tal como el bullying, apatía de los alumnos, o el desinterés, recordemos que mucho dependerá de la manera en que manejemos como docentes las diferentes situaciones que se presenten en el aula. ¡Éxito!
Redes sociales:
- Facebook: Sandraely
- Correo electrónico: Sandramezatecnica79@gmail.com