Fines perseguidos
La práctica “Sin Miedo al Álgebra y Fracciones”, implementada en una secundaria con 16 alumnos de turno vespertino, buscó mejorar la comprensión del álgebra y las fracciones, aumentando la confianza de los estudiantes en estos temas. Se enfocó en superar el desafío de la falta de bases sólidas en fracciones y su conversión a decimales, a través de estrategias que vinculan la enseñanza con aplicaciones prácticas y reales. Esta iniciativa surgió ante la observación de que los alumnos de primer grado tenían dificultades con estos temas, percibiendo su aprendizaje como irrelevante para la vida cotidiana y expresando una falta de interés motivada desde experiencias previas en la educación primaria. A pesar de estas dificultades, los estudiantes mostraron características de entusiasmo y alegría, indicando un potencial para el aprendizaje activo y participativo cuando se aplican métodos de enseñanza adecuados y atractivos.
Puntos clave de la práctica
La clase y estrategia comenzaron con un saludo afectuoso en inglés, causando sorpresa y risas entre los alumnos, quienes se preguntaban si era una clase de matemáticas o de inglés, creando así un ambiente dinámico y confuso. Con la atención de los estudiantes captada, se realizó una actividad inicial sobre multiplicaciones, preguntando a los alumnos al azar, para luego dar paso al problema matemático
Problema matemático:
«Caminante, esta es la tumba de Diofanto: es él quien con esta sorprendente distribución te dice el número de años que vivió. Su niñez ocupó la sexta parte de su vida; después, durante la doceava parte su mejilla se cubrió con el primer bozo. Pasó aún una séptima parte de su vida antes de tomar esposa y, cinco años después, tuvo un precioso niño que, una vez alcanzada la mitad de la edad de su padre, pereció de una muerte desgraciada. Su padre tuvo que sobrevivirle, llorándole, durante cuatro años. De todo esto se deduce su edad».
La actividad sobre el problema matemático se realizó utilizando tarjetas de foami y el pizarrón. Los alumnos recibieron el problema impreso para su lectura y reflexión, mientras el docente lo escribía en el pizarrón y colocaba las tarjetas de foami necesarias. En la plenaria, se relacionaron tarjetas con enunciados en lenguaje común y algebraico, generando entusiasmo entre los alumnos, quienes participaron activamente. Al final, se encontró la ecuación para resolver el problema, enfocándose en la simplificación de términos semejantes y el despeje de la variable x, lo cual fue demostrado por una alumna en el pizarrón. Durante el proceso, se notó que muchos alumnos tenían dificultades con las fracciones. Se organizó una lluvia de ideas para resolverlas, y algunos sugirieron usar el mínimo común múltiplo. Se pidió a un alumno que explicara este método en el pizarrón para refrescar el algoritmo en la memoria de los demás. Para aquellos que no pudieron resolver la ecuación por sí mismos, intervino el docente para brindar explicaciones individuales.
Al resolver el problema, noté que muchos alumnos presentaban deficiencias en contenidos básicos de grados anteriores, como errores en multiplicaciones y en la aplicación de la ley de signos. Esto me orientó a realizar ajustes en mis futuras planeaciones.
Al finalizar la clase, se llevó a cabo una reflexión sobre el tema, preguntando a los alumnos cómo se sintieron, qué les resultó difícil y qué fácil. Como tarea, se les asignó investigar quién fue Diofanto y redactar una reseña en la libreta de español, además de traer material como hoja blanca, lápiz y colores. Esta indicación generó curiosidad entre los estudiantes, quienes cuestionaron por qué la tarea debía realizarse en la libreta de español en lugar de matemáticas. Les expliqué que más adelante comprenderían la conexión, dejándolos con la inquietud.
En la sesión siguiente, la maestra de español revisó las reseñas sobre Diofanto que algunos alumnos escribieron en sus libretas y otros trajeron impresas. Mediante lecturas en voz alta, los estudiantes compartieron sus investigaciones, seguido de una revisión ortográfica y una síntesis del trabajo. Este ejercicio sirvió como base para integrarlo con otra asignatura y, para sorpresa de los alumnos, se programó una sesión en el Aula de Medios con el maestro de Tecnología Ofimática, quien facilitó el equipo necesario y asistió a los alumnos para que utilizarán el procesador de textos (Word) y transcribieron la información investigada, enviándola a mi correo. Durante la actividad, los alumnos, sorprendidos por usar computadoras en clase de matemáticas, expresaron entusiasmo al darse cuenta de que la tarea asignada les permitió visitar el aula de medios. Para muchos fue su primera experiencia usando una computadora, y el docente de ofimática los apoyó con sus dudas durante la clase.
Para concluir la estrategia, el maestro de artes orientó a los alumnos en un ejercicio de dibujo al aire libre, donde representaron a Diofante usando papel, lápiz y colores.
Esta actividad, apreciada por estudiantes de diferentes grupos y grados, vinculó matemáticas con arte de manera innovadora. La estrategia abarcó la resolución de un problema matemático sobre álgebra y fracciones de forma dinámica, involucrando a los alumnos en todas las etapas hasta llegar a la solución. Con la colaboración de distintas disciplinas, se logró una transversalidad de contenidos, cumpliendo con el objetivo de reforzar aprendizajes matemáticos. Esta metodología colaborativa, dinámica y transversal se consideró exitosa al recuperar los aprendizajes esenciales en alumnos de primer grado de secundaria, según el plan y programas de estudio vigentes.
Principales cambios observados
Los alumnos demostraron motivación por aprender e interactuar con los contenidos matemáticos. Hubo una receptividad hacia el trabajo colaborativo tanto de estudiantes como de docentes de la comunidad escolar. Se observó una mejora en el rendimiento académico, ya que los alumnos comprendieron mejor los procesos matemáticos gracias a la estrategia implementada. Además, se notó un aumento en la confianza de los alumnos al enfrentar los desafíos matemáticos, lo que los llevó a participar activamente en las actividades propuestas. El trabajo en equipo fomentó un ambiente de apoyo mutuo y colaboración entre los estudiantes, así como una mayor interacción con los docentes, lo que contribuyó significativamente al logro de los objetivos educativos. Actualmente, en este ciclo escolar 2023-2024, contamos con una estrategia en nuestra comunidad escolar que rescata el interés por aprender y fortalece la transversalidad de los contenidos. Esta estrategia facilita la comunicación entre docentes en su quehacer educativo, fortaleciendo sus prácticas educativas. Además, disponemos de contenido académico que subsana las deficiencias académicas de los niños, niñas y adolescentes (NNA).
Entre colegas: recomendaciones para el uso de la estrategia o de sus compañeros.
Se recomienda fomentar el trabajo colaborativo y la planificación de proyectos o estrategias de aprendizaje que integren la transversalidad de contenidos, especialmente en áreas como el álgebra y fracciones. Esto no solo ayudará a fortalecer las deficiencias académicas detectadas, sino que también incentivará el interés de los estudiantes en los procesos de aprendizaje de estas materias matemáticas esenciales. Implementar actividades que vinculen estos temas con situaciones reales y otras disciplinas puede aumentar la comprensión y apreciación de los alumnos hacia el álgebra y las fracciones, contribuyendo significativamente al logro de los objetivos educativos planteados.
Redes sociales
Los resultados del proyecto se difundieron ampliamente dentro de la comunidad escolar, utilizando grupos de WhatsApp como medio principal para compartir los avances y logros de los estudiantes. Esta comunicación se realizó con especial atención a la seguridad de los alumnos, asegurando que toda información compartida respetara su privacidad y bienestar. Además, las demostraciones prácticas de lo aprendido fortalecieron la vinculación comunitaria, permitiendo que la experiencia educativa trascendiera el aula y llegará a familias y otros miembros de la comunidad, todo ello bajo un marco de seguridad y respeto hacia los estudiantes.